Un nuevo orden mundial

 
 

La idea de dominio global, como posible realidad de lo que ya hace muchas décadas decidieron organizar sobre el planeta Tierra los Poderes Absolutos, con recursos ilimitados de todo tipo, se ratifica por las realidades evidentes irrefutables conseguidas que se pueden cuantificar y resumir en el concepto globalización. Ante la incredulidad de la muchedumbre, los cooperadores necesarios de los Poderes Absolutos la han ido construyendo y actualmente se encuentra en un grado muy avanzado, pero de momento no consumando. El proceso de la globalización sigue en marcha y a buen ritmo. De batalla en batalla hasta la conquista total.

El prestigio del país se va diluyendo como azucarillo en el agua y el pueblo sin saber cómo ni por qué. Nada considerado como bueno es permanente, pero lo malo y perverso sí que lo suele ser. Un país solvente y próspero no lo es para siempre. La mediocridad del ambiente político-social que se respira empieza a conmover, pero ya hace mucho tiempo que esta descomposición comenzó. Las cosas se piensan, se organizan, se ponen en marcha y los acontecimientos se van sucediendo poco a poco y de mal en peor. El terrorismo urbano es el caldo de cultivo que se vierte como primer plato, los siguientes se sirven sucesivamente hasta llegar al café, las copitas y el humear del puro como final de la conquista. El veneno es cuestión de cantidad, poco a poco no mata, pero como mínimo deja lisiado. De todos y cada uno de los desastres considerados horrorosos que hizo “Zapatero el Iluminado”, ¿cuántos ha visto o conoce que haya derogado o tirado a la basura Rajoy? Con una mano se lava la otra y con las dos la cara, pero tanto una como la otra las mueve el “cerebro del poder oculto”. Puede que los gobiernos con fuertes intereses partidistas sean para los pueblos como plagas de langostas.

En la política, cuando cada uno opina para imponer sus propios intereses, mala solución para el canto del gallo. Una sociedad adormecida es pasiva ante los peligros que la acechan. Mal va un país en el que los necesarios grupos críticos como pregoneros son mercenarios del poder. O actúas según las imposiciones del que manda o te marginan. Fuera del manto protector del poder te mueres de frío, no eres nadie, además te tachan de pesimista e irresponsable. Tener el atrevimiento de difundir la verdad científica que beneficia a todos es un desatino. En política nadie puede pensar ni opinar, hay que limitarse a obedecer sumisamente o te conviertes en apestado. Si en una colectividad política se impone pensamiento y voto único, ¿dónde está la razón y ser de lo que han dado en llamar Democracia? Ya se ve, por las evidencias de los hechos irrefutables, que el “partido” lo es todo. ¿Sumisión con entrega plena es libertad y democracia?

Aquí repito, una vez más, lo que vaticiné hace ya unos años con respecto a que estaba en marcha la “III guerra mundial”, pero no en los términos de las dos anteriores. Si para la segunda había 12 millones de soldados americanos, para la tercera puede que no lleguen al medio millón, aunque Rusia y China deben superar los 40 millones, o los que hicieran falta. ¿Otra vez el planeta dividido en dos? Puede que sí.

Los acontecimientos importantes comienzan por poco, cualquier motivo de distorsión o agitación, aunque no tenga sentido aparente, es adecuado en sus inicios. La idea se fragua y se va poniendo en escena de forma soterrada. Algunas escaramuzas, revueltas aparentemente aisladas que apenas se les da importancia, además los afines a la ideología radical lo disculpan y quitan importancia con gran énfasis. Sois unos alarmistas, suelen decir. 

El terreno de la agitación para ocasionar terror se prepara con brigadas revolucionarias urbanas de izquierdas radicales adiestradas y subvencionadas para agitar, descomponer, inquietar y generar miedo e incertidumbre. Se les empieza ingenuamente a calificar de “antisistema” cuando son realmente separatistas, independentistas, radicales de extrema izquierda organizados en comandos revolucionarios para la descomposición social. La izquierda comunista es más de medio mundo y el resto mira para otro lado. Aparentar ingenuidad no es de buenas personas, como no lo es ser pasivo o mirar y hacer ver que no tiene importancia, pues son una minoría con apenas representación. La disculpa es complicidad y la utilizan para disimular que se comulga con la agitación, pues es vieja estrategia por ya conocida en la historia en grandes contiendas que terminaron en enfrentamientos con resultados horrorosos por cruentos. Las manifestaciones de revueltas y agitación para corromper son el comienzo para preparar el asalto total. ¿Le suena prometer hasta meter y después desde el poder se acabó lo prometido? ¿Recuerda cuántos comunistas e ingenuos justificaban el 15-M y, ahora, ya están en el poder? Antes las iglesias, los conventos, las sacas y mucho más, ahora algo parecido o lo que haga falta. El turismo, las huelgas salvajes, la destrucción del mobiliario urbano, el botellón y el escándalo, las grandes concentraciones musicales de juventudes “ensimismadas y felices”, la descomposición de la familia como base de la cohesión social, el separatismo enarbolando banderas prohibidas y actos sediciosos, contra los toros como Fiesta Nacional, la exclusión del lenguaje y la Bandera Nacional así como el concepto de España como Nación. Vale cualquier pretexto como medio para agitar, confundir y distraer como camino hasta el poder. El repertorio es variado y está claramente definido en el manual revolucionario urbano de estrategia, táctica y acción.

Más económico que la guerra clásica es agitar y confrontar a los pueblos entre sí y unos contra otros, a base de guerras de guerrillas, enfrentamientos ideológicos políticos y de identidad étnica, desagregar las ciudades o capitales en naciones independientes de hecho y así hacer que el Estado sea irrelevante, con lo que se cargan la “igualdad” de ciudadanos pasando a ser distintos y distantes.

Degradar la cultura y la enseñanza, hacerles aparentemente ricos contrayendo deuda y luego de sopetón pobres, arruinar a la clase media para que sea irrelevante, descomponer la cohesión familiar mezclando grandes riadas de distintas culturas y credos religiosos para fomentar el odio haciendo complicada la convivencia y facilitar los atentados terroristas cruentos, degradar el poder adquisitivo aumentando los impuestos y el gasto básico corriente del consumo por el incremento del IPC, crear incertidumbre que les inquiete como los incendios forestales para que se suman en el miedo y en la incertidumbre, enfrentar el seso con el sexo para la degradación del hombre, los divorcios y la baja natalidad, la enseñanza única e integrada con la imposición de que son todos iguales. Y así puede Ud. seguir con más y más perlas, porque el collar, en forma de dogal con espinas, es de varias vueltas. Degradar para igualar por abajo es para el poder victoria segura. Y para el pueblo, su ruina total.

Los conflictos sociales se originan de forma consciente. Ahí tiene las oleadas de “ocupas” invadiendo y apropiándose de viviendas y locales con lo que anulan el derecho básico de la propiedad privada. Al “ocupa” le ampara la “ley” y el propietario real se encuentra en la calle impotente al no poder recuperar su propia propiedad. Se aplica generosamente la “justicia-tolerancia” a favor de la minoría que conculca las leyes y la mayoría que cumple queda desamparada. Con este mundo al revés se ratifica la idea perversa de que lo que se busca e intentan conseguir, y en parte lo están consiguiendo, es descomponer las células básicas de la familia y todo lo que los une, con lo que así se crean los “Hijos del Estado”. Aunque sea un mediano observador del medio que le rodea y de la “realidad” que se transmite por los media, seguro que a lo que termina de leer le puede añadir cien veces más, por lo menos. ¿Le suenan las falacias horrorosas trasmitidas desde el Gobierno como dogmas de “fe” que la “educación y la sanidad son universales y gratuitas”? ¿O que las pensiones no las han bajado sino que las han subido, cuando realmente están perdiendo una gran capacidad de poder adquisitivo? Puede que en un mañana no lejano se confirmará que viviremos de hecho en los “estados desunidos de España.” La realidad irrefutable de hoy es que ya vivimos en sitios distintos y no somos todos iguales. Cuando los gobiernos mienten descaradamente para su propio beneficio y los pueblos asumen la mentira evidente como verdad, lo que les quede por soportar y padecer puede que sea cada vez peor.

El ser humano no está inmunizado frente a la inoculación de la mentira, por lo tanto es vulnerable y propicio a ser socialmente sordo y ciego total. Cuando era pequeño le contaban cuentos inocuos para conciliar el sueño y ahora mentiras perniciosas que no le dejan dormir. Nunca jamás en la historia transcurrida de la era moderna, y puede que mucho tiempo más atrás, ha habido que soportar tantos y tan importantes impuestos como ahora. Como orientación en España, en el año 1975 la deuda del Estado unos doce mil millones y ahora supera el Billón, más un estrambote que da miedo decirlo. A estas alturas, ¿cómo es posible confundir desarrollo con desenrrollo si no hay ahorro y todo es deuda, que son impuestos futuros? A más Estado, menos pueblo. A más deuda, más pobreza e incluso miseria.

La frase siguiente no es una Utopía:
“Un Gobierno Único para un Nuevo Orden Mundial.”

En este mundo tan universal en el que todo es ya muy grande, y mucho más que lo será por extensión, la gente se pierde y entretiene en cosas menores. La gente vive o eso le parece, pero no tiene referencia de lo importante que le condiciona e incluso le somete cada vez más. La gente camina por lo que entiende a su manera que es su vida, pero sin analizar nada de lo que le acontece. Cada nuevo día que pasa se le presenta como novedad, pero no le sorprende ya que lo asume como normal y sin transcendencia. No tiene en consideración, de forma consciente, el tiempo cronológico que ya ha vivido y cómo en el presente le repercute. El “ente humano amorfo” que no toma como referencia la Historia que le compete y también su propia experiencia vivida para irla analizando en el presente, y así elaborar el proyecto de su vida futura, vivirá en una especie de “limbo” que le llevará a zozobrar de forma inconsciente en un mar de confusiones. Vivir la vida sobre una nefasta indeterminación puede que sea desplazarse por caminos pedregosos y tortuosos con destino fatal. El “ente humano amorfo” mira con los ojos, pero no ve. Además prefiere, porque le parece que es más cómodo, vivir la vida según se la marquen otros. De esta manera se acomoda y no asume responsabilidad, por lo que ante cualquier adversidad serán los otros los responsables. Si va andando y otro le supera no es porque vaya más deprisa, es que Ud. va más despacio. Vivir asumiendo que todos son derechos a disfrutar es un error fatal. No lo olvide nunca, la ingenuidad es pecado capital. No aprender de lo vivido le costará muy caro.

Debería entenderse como cosa fácil y en general que el hoy es consecuencia cierta de todo el ayer, así como que el mañana debería proyectarse tomando como referencia todo lo aprendido y recordado de lo anteriormente realmente vivido. El navegante avezado que leva el ancla y sale del puerto con su nave debidamente equipada hacia un determinado puerto de destino, sabe muy bien el rumbo que ha de seguir y también gran parte de los acontecimientos que le puedan surgir. El viaje se prepara antes del día de la salida. El proyecto es previo a elevar el ancla. La realidad se irá materializando a medida que navegando se ensanche el horizonte y surjan los acontecimientos. El caminante, el navegante o el piloto de un avión, y en general todo aquel que realiza una actividad en su vida para obtener una utilidad, ¿debieran pensar y actuar de igual o parecida forma?


Antonio Sáez del Castillo

16 de julio de 2017

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