Suma y sigue, que seguro que seguirá. Hoy han vuelto a bajar la calificación de la deuda española y eso supondrá tener que pagar más precio por su financiación. El diferencial con respecto al Bono alemán sube y seguirá subiendo, aunque ya está en niveles insoportables, tal y como corresponde a la economía española en su totalidad. Pero no sólo es aquí, España es un cerdo más de la piara que pulula por el mundo, así Portugal también está contagiada de la epidemia de la golfería correspondiente a la incapacidad de sus gobernantes que, más bien mucho a mucho que poco a poco, van llevando a los pueblos a la miseria. Añadamos Grecia, cuyos costes de su financiación son descomunales, también Irlanda y alguno más.
El desastre que han ocasionado los gobernantes con la connivencia de los bancos centrales es un crimen que socialmente puede ocasionar millones de víctimas, pero no sólo en estos países mencionados, sino a nivel mundial, pues poco a poco o mucho a mucho, se irá viendo cada vez con más claridad la cuantificación del desastre ocasionado como consecuencia de este último ciclo de euforia. Hay que recordar, una vez más, que todo lo que está sucediendo ahora no es fruto del azar, ni de la casualidad, ni se puede decir que corresponda a un encontronazo imprevisto, sino más bien todo un proceso de ciclo de 70 años que arrancó desde el año 1930 y finalizó en el 2000 para Estados Unidos y Europa. Para Japón en 1990 y para otros países del Índico y del Pacífico, destaquemos como referencia China, en el 2007. El desastre es universal y por mucho que se quiera disimular o pretendan ocultarlo se sabe muy bien, científicamente, que los acontecimientos fruto de irresponsabilidades absolutas de los incompetentes gobernantes tienen y tendrán sombra muy alargada, más que un ciprés sobre las tumbas.
Los últimos tanteos de euforia han venido representados por China, pero ya están huyendo de ahí un porcentaje muy grande de fracasados, de muchos que fueron al final a por «oro» y ahora vienen con el rabo entre las piernas. Las estafas y las ruinas en los países emergentes se cuentan ya por cientos o por miles y lo que venga a continuación también se sumará a las penurias de Estados Unidos y de Europa. Por mucho que el presidente Zapatero siga insistiendo, una y otra vez, en que el fruto de la recuperación está aquí mismito, nada ni nadie impedirá que todo siga igual e, incluso, peor, pues aún están por verse acontecimientos de mayor profundidad y extensión que se pretenden ocultar, pero que como el corcho en el agua, por mucho que se le quiere empujar hacia abajo, termina por salir a flote. No es cosa de broma lo que sigue a una euforia, es un auténtico e impresionante desastre colectivo para los pueblos, aunque no afecte a los gobernantes. Los pueblos siguen oprimidos incluso amordazados y, además, con necesidades muchas que en un porcentaje llega a tenerse que llamar hambre.
El presidente Zapatero y sus acólitos siguen insistiendo en que ya la crisis finalizó y la recuperación está en marcha, pero aún no se han enterado de que con una mentira más gorda no se tapa la anterior, las mentiras son corrupción de un lenguaje con el que se pretende engatusar al receptor, pero los pueblos necesitan realidades, verdades absolutas, aunque, al principio, parezcan crueles, pero el pueblo es lo suficientemente reflexivo para concluir que se tiene que ajustar a la realidad del entorno que tiene que vivir cuando las dificultades le abruman e, incluso, le agobian y hasta le producen angustia y desesperación. El pueblo asume lo que le echen, pero los gobernantes aún no se han enterado de que no pueden seguir apoyados en la mentira. La falacia y el engaño no son árnica para paliar las dificultades reales, mejor asumir la realidad y doblar el espinazo arañando la tierra para generar riqueza real con la que se vaya restando diferencia respecto a la economía financiera de ficción.
Hoy tiene usted las series del precio del dinero en Estados Unidos y en España/Europa. Fíjese bien, por lo que más quiera, porque desde los años 80, que el precio estaba en el 20% en Estados Unidos y hasta el 22% en España, lo han dejado caer de forma consciente y previo acuerdo a nivel mundial. Son los gobiernos y los bancos centrales los responsables únicos de la manipulación de las ideas y teorías que desarrollan y luego ponen en práctica para aplicárselo a los pueblos. Es una minoría la que organiza el sistema en forma de «circo», y luego se lo vende a los pueblos con las mentiras y patrañas que creen conveniente en cada momento, para que se crea justo lo contrario de lo que ellos han diseñado de forma consciente.
Es vergonzoso tener que seguir oyendo y leyendo, a gente aparentemente ilustrada, que la economía y las finanzas corresponden a un campo de conocimiento estructurado, denominado ciencia, porque se entiende que se manejan causas científicas que luego se trasladan a efectos en su materialización. La ciencia económica y las finanzas de ficción son números circenses, referencias intangibles, porque no existen, tal como se siguen concibiendo y distribuyendo en forma de propaganda. No es verdad que sea ciencia estructurada, basada en un conocimiento real e irrefutable, es una auténtica patraña, a escala universal, suficientemente bien tapada y ocultada para que no se sepa cómo los gobiernos y los bancos centrales y el resto de los organismos de supervisión y control son todos langostas de la misma plaga.
Ante la evidencia de las series largas del precio del dinero y del S&P-500, parece que no pueda haber nadie que pueda refutar el concepto de la manipulación organizada de forma consciente. Continuará.