¿La hipocresía es inherente a la gobernanza?

 
 

22 de Marzo de 2016. Los responsables de los partidos políticos electos han estado meses sin ponerse de acuerdo para formar Gobierno, pero ellos han seguido cobrando sus retribuciones con cargo a los impuestos que paga el pueblo, que son todos menos ellos. Hay que añadir lo que les renta el vergonzoso negocio de las elecciones, pues una vez más se pone de relieve que dos son más y mejor que una. Por si fuera poco lo que siempre se llevan a su bolsillo de beneficio con escandalosos privilegios, acordaron sus señorías, en esto sí que se han puesto de acuerdo todos (¡qué vergüenza!), disfrutar de 21 días de vacaciones por las fiestas religiosas de Semana Santa. Ahora no les viene mal aprovecharse de las fiestas cristianas, ahora no se acuerdan de cuando asaltaban lugares de culto cristiano, pero no de otras confesiones, temiendo sus repercusiones. Ahora no hay manifestaciones de burla ni repudia contra símbolos religiosos en colegios, capillas y otros lugares de fe. 

Las ideas sectarias apolilladas que dicen ser política reformista y progresista se tornan en intereses bastardos que se olvidan y sustituyen por la conveniencia del disfrute oportunista en libertad y dignidad que, en derecho personal y social, corresponden a las personas que las viven en su fe.

El sectarismo de los indeseables se acentúa aún mucho más cuando se trata de acoso a los católicos, los cuales parece ser que son los únicos merecedores de desprecio, acoso, descalificación, amenazas y escarnio. Utilizando el sesgo de la duda, dicen con frases retóricas no ir contra las creencias religiosas, tampoco contra los sentimientos cristianos, ni contra las personas y su libertad de fe, pero la evidencia de sus actuaciones sectarias denuncia claramente que su objetivo es ir hacia la raíz cristiana, pues muerto el perro se acabó la rabia.

            Como somera aclaración, el Estado es aconfesional y ellos unos laicos, otros ateos o agnósticos, otras confesiones, etcétera, pero todos sin excepción a disfrutar de las fiestas religiosas cristianas de las que muchos no son partidarios e incluso manifiestamente contrarios y con evidente desprecio y mofa. O sea, que la pela es la pela y salga el Sol por Antequera. Los agnósticos presumen de su postura filosófica o personal y dicen que para el ser humano todo lo divino es inaccesible (dioses inaccesibles). Los ateos niegan la existencia de Dios (deidades). Los laicos creyentes que no son clérigos, aconfesional que no pertenece a ninguna confesión religiosa determinada ni está relacionada con ninguna de ellas. Para más aclaración, en la Constitución se garantiza la libertad ideológica, religiosa y de culto, pero como si nada.

            La Semana Santa es la última semana de cuaresma, desde el Domingo de Ramos hasta el Domingo de Resurrección, que la Iglesia Católica dedica a recordar la pasión, muerte y resurrección de Jesús incluidas las procesiones de Semana Santa. Si las fiestas de Semana Santa son religiosas, ¿cómo es posible que tanto unos como otros sin excepción disfruten como si fuera normal para un cristiano y, encima, 21 días cobrando el sueldo y complementos, que se los ponen ellos, estando también todos de acuerdo? Consejos vendo que para mí no tengo, refrán que les viene como anillo al dedo a todo el que practica el aprovechamiento de la hipocresía sublimada al fingir y pregonar a los cuatro vientos políticos sentimientos, creencias, opiniones o cualidades que realmente no tienen.

Siempre la provocación en forma de soflama encendida, pero nunca con argumentos razonados. Siempre se arrogan la razón de su verdad revolucionaria inquisitorial, pero nunca convencen, siempre empujando, nunca argumentando sobre la razón y ser de lo que es la esencia y sustancia de lo que otros profesan como su fe. Siempre imponiendo la mentira vendida interesadamente como su verdad única y excluyente. Ellos siempre ante todo y sobre todo, pero los otros han de ser considerados siempre como enemigos acérrimos o proscritos. También subliman la hipocresía, o algo parecido, al cobrar la Paga de Navidad como ayuda a la celebración de las fiestas religiosas, o la del 18 de Julio para conmemorar el Alzamiento Nacional.

            La hipocresía es inherente a la gobernanza y forma parte muy importante de los pueblos ya que, cuando de algo se pueden aprovechar, no dudan en obtenerlo sin mirar si es merecido como recompensa proporcional o si, por el contrario, es inmerecido por estar viciado en el origen como causa injusta del acto en sí; son condiciones naturales y, por lo tanto, imposibles de separar por estar unido de una forma indivisible. Lo inherente va unido a la hipocresía por ser esencial y permanente en un ser, al no poderse separar por formar parte intrínseca de su naturaleza y no depender de nada externo. La pasividad ante las tropelías es normal que se considere debilidad en la defensa de la verdad razonada, por eso primero hay que refutar y luego, si procede, entrar reposadamente en la concordia.    

            La resignación puede ser considerada como aceptación de la injusta acusación. El silencio, ante el falso testimonio, puede ser tomado como impotencia o cobardía. Por esos, y por otros muchos más considerandos, cuando alguien te empuja una y otra vez y más veces y le disculpas primero y luego le sigues disculpando, incluso quitándole importancia porque son unos pocos o no saben lo que hacen, no es que seas buena persona o generoso con tu prójimo, es que no has entendido nada o eres un cobarde. Al lobo carroñero, respuesta proporcional hasta volverle al lugar de donde nunca debió salir.

Los tiempos no están para paños calientes ni cataplasmas, ni para mirar a otro lado, no hay más remedio que obrar en consecuencia y con la proporcionalidad que en cada caso corresponda. O sea, toma y daca: ante la inmerecida ofensa, represalia equivalente. El hombre con principios y valores tiene que defender sus sentimientos de verdad en la fe que profesa libremente y sin ser coaccionado. Pero debe entender con claridad que en la vida que le rodea puede haber agresores o tiranos que le presenten abierta batalla con el fin de derribarle, pero no a él, sino a la fe que profesa y, de paso, también a él. Estar avisado y, por lo tanto, en imaginaria permanente es una obligación, pues según San Lucas los hijos de las tinieblas son más sagaces (para sus negocios o intereses bastardos) que los hijos de la luz. Vivir en la luz de la fe cristiana no significa estar ciego con los ojos ante el mundo hostil que le rodea siempre preparado con el astil en ristre.

La palabra es origen del camino que hay que recorrer
para poder expresar las ideas.

Se camina con las palabras para recorrer las frases con las que las ideas aparecen en su versión de mensajeras de lo que como sustancia se quiera transmitir, luego una realidad real física o intangible toma cuerpo como sustancia en su propia razón y ser de la palabra o la frase. Al pájaro le sujeta el aire y a las personas las ideas son las que les hacen volar hacia el receptor en indeterminada dimensión. Es, en definitiva, la comunicación una parte muy importante para que se produzca la transmisión del mensaje para que, una vez elaborado, llegue a su destinatario con la mejor fidelidad posible. La palabra o la voz, la imagen o cualquier otro signo o medio necesitan ser convenidos para que haya sintonía entre emisor y receptor.

El silencio ante las injusticias también es un lenguaje claro y evidente. Dar la callada por respuesta puede ser desprecio, aceptación o cobardía. No cabe la menor duda, en los tiempos presentes se están acentuando cada vez más unos acontecimientos perversos que están descomponiendo la sociedad para que camine, de forma inconsciente, hacia un abismo indeterminado con posible final fatal. Dar la callada por respuesta no es ser buena persona, tampoco se resuelve nada presumiendo de prudente. El pacifismo nada resuelve ante la vil mentira organizada que intenta ganar terreno para ocupar el lugar de las personas de orden. La defensa de los valores y principios, así como el mérito, la responsabilidad y la experiencia contrastada al servicio de los demás hay que defenderlos a ultranza ya que, de lo contrario, el ataque consciente y permanente para eliminarlos, e instalar en su lugar la agitación y perversión, ocupará su lugar en forma de poder desestabilizador de la sociedad.

La consigna no es particular, está organizada desde las altas esferas con la idea objetiva como fin de descomponer la sociedad en su estructura básica más sólida: la familia. Se trata de romper todos los vínculos de cohesión para que dominen las unidades simples de humanos sin principios ni valores, a saber, lo que he dado en llamar ya hace mucho tiempo hijos del Estado. El ser humano con referencias ejemplares para promocionarse como persona y ciudadano, y así formar parte de un grupo social o político crítico, no interesa, lo que hay que construir es ganado lanar. Pero en cada día venidero todo ser humano tiene que sentir la satisfacción de vivir su camino de progreso hacia la categoría de persona y consciente de su libertad, con la posibilidad real de ser ciudadano con proyección universal.

Ver con los ojos es una función inherente limitada, pero ver con el cerebro lo es en su proyección cósmica.

Las ideas son el motor para aprender a pensar. Un pensamiento bien aprovechado puede cambiar su vida. Pensar es abrir camino para progresar. Cuanto más navegue por el mar del conocimiento, más se le ensanchará el horizonte del pensamiento. La persona, en su libertad de pensar, es universal en su proyección. Saber sin obrar para conseguir un fruto es tiempo perdido. Un pueblo callado y manso es como ganado que pasta en la hierba del prado.

Hace ya aproximadamente un decenio hice un artículo en el que hacía referencia a la tercera guerra mundial en versión agitación interna por zonas para la convulsión y descomposición, también a la invasión de vientre con repercusiones preferentes para Europa, llana y dormida en un letargo vergonzoso. La implantación de la democracia y la prosperidad universal y gratuita tienen un origen viciado perverso: el engaño a través de la mentira consciente.

La utopía de la dada en llamar democracia para la prosperidad ha supuesto realmente una gobernanza mediocre gigantesca y costosísima, con unos resultados globales paupérrimos en lo que se refiere a conseguir una efectiva organización sobre estados de derecho, de justicia y reparto de la riqueza igual para todos como fueron prometidos. Tantas alharacas prometidas han sido el pretexto para casi nada conseguido, medido en riqueza efectiva. Fácilmente se llega a la conclusión de que, visto lo conseguido, no merecían la pena tantas alforjas de gigantesca deuda para tan pobre y lisiado borrico. El resultado ha sido algo parecido al parto de los montes.

En los acuerdos de Lisboa en el 2001 aprobaron llevar a Europa al primer lugar del mundo, pero lo que no dijeron era cómo. Transcurrido el tiempo y los acontecimientos reales, se puede comprobar que la idea tan fantástica de cerebros vacíos la pensaban financiar con deuda, cosa que quedó oculta y por ende han producido una estafa de forma consciente, pues dinero con contravalor de riqueza no había por ningún sitio. El milagro de los panes y los peces gratis total lo han financiado con impuestos descomunales a través del presupuesto fiscal corriente, más los impuestos diferidos en forma de déficit y pasado por acumulación a deuda pública. La deuda pública en Europa es de varios billones de euros y creciendo; la de Japón es la más grande del mundo habitado por humanos; la de EE.UU., por el sendero que lleva a las altas montañas rocosas y con visos de superar la altura del monte Elbert en Colorado.

En España la deuda pública más de un billón y la del déficit comercial no se queda atrás,  más la oculta no confesada. Gran parte de esta deuda se ha contraído con un cambio EUR/USD de 1,4 (el máximo fue 1,6) y ahora está en 1,05; añadamos la deuda privada, la corporativa y la del sistema financiero, con lo que el montante total se lo puede imaginar. La sanidad universal y gratuita, así como la enseñanza universal y gratuita, ¿nos pueden decir quién es el que la paga en forma de donación? Sí, por favor, ¿quién es el donante que aporta las gigantescas cifras, en parte, a fondo perdido? Los que recibimos los «servicios gratuitos» queremos saber a quién se lo tenemos que agradecer y, en todo caso, ¿dónde está todo el dineral que hemos ido aportando obligatoriamente durante tantos años hasta la jubilación? En la Comunidad de Madrid han puesto unos carteles en los que se lee algo parecido a lo que sigue: “Si es extranjero y se encuentra enfermo puede ir a un centro de salud y le atenderán, aunque no tenga papeles”. La caridad con el dinero ajeno ya se ve que supera a los milagros de Jesús con los panes y los peces o convertir el agua en vino, pues son nada comparado con los milagros del maná de la maravillosa democracia con gobernantes de pacotilla o de chicha y nabo. Resumiendo: A partir de mañana, ¿para qué trabajar y cotizar, si todo me lo van a regalar?

Antonio Sáez del Castillo

12 de diciembre del 2016

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