Los vicios terminan por convertirse en costumbres perniciosas

 

Cuando la verdad se oculta, la realidad parece una farsa.

Es un gran error fiarlo todo a la vista.

 

Dicen que los placeres de los vicios hacen la vida mejor al que los disfruta, pero es una evidencia que hace mucho más débil a la sociedad. Mientras se pasa bien hoy no se piensa en el mañana, pero lo bueno del mañana es que se llegue y con salud. Morirse con salud no parece que sea peor que el calvario de enfermedades que padece en los últimos años de su existencia la mayoría de la población.

El ser humano es animal que come más con el paladar que con la necesidad y así le va. La plaga actual son las distintas versiones de cáncer y la próxima plaga en forma de tsunami será la perniciosa obesidad, así como las drogas y nuevos potingues que irán sacando y consumirán hasta destrozarse. Según las estadísticas de mortalidad, los certificados de defunción son por “parada cardiorrespiratoria”, con lo que no hay forma de hacer una estadística en condiciones. Una podría ser que la mayoría se mata, a otros los matan y unos pocos nos moriremos con salud de un “soponcio terminal”. Por otro lado, el sobrepeso no le pesa, como no le pesa el interés que hay que poner en la observación de las cosas y acontecimientos que nos rodean. Le pasa algo parecido con la vista, que lo fía casi todo a ella y sin saber distinguir entre mirar y ver o entre oír y escuchar. En la cajetilla de tabaco pone que “fumar mata” y no lo ven y, si lo miran, pues como el que ve llover a través del cristal de una ventana y desde el interior.

Si para el ser humano, desde él y para él, no existe realidad que merezca la pena, ya se puede uno imaginar que de lo que acontece en su entorno nada de nada, lo que quiera que sea le parecerá bien o permanecerá indiferente, ya sea verdad o mentira, con lo que, de esta manera o parecida, se deduce que está en condiciones perfectas para disfrutar de todos los cuentos que le cuenten, de todas las mentiras que le regalen para engatusarle como que todos somos iguales ante la ley, que todos son derechos y ninguna obligación, casa gratis, trabajo fácil y sueldo de político, sanidad gratuita y universal, educación y enseñanza gratuita y con sueldo en forma de becas, etcétera.

Para ilustrar al necio, no le razones, que no,
imponle directamente tu conclusión.

El mundo real que le rodea no lo ve, pero lo tiene que sufrir o padecer, cosa que en principio no le ocupa, aunque le preocupe. Esto no es particular para un lugar determinado del planeta Tierra, es algo común en casi todas las civilizaciones. Por ejemplo, dicen que la seguridad jurídica es básica e imprescindible para que un país sea fiable y referencia para hacer inversiones, de tal consideración saco a relucir lo que aconteció no hace tanto con el “cierre parcial del Gobierno de EE.UU., por falta de los correspondientes fondos para pagar”, situación que ya han venido desarrollando en unas 18 ocasiones. Hacen una ley para aprobar el presupuesto y también para fijar el techo de la deuda, pero luego hacen otra para anularla y fijar el nuevo techo a conveniencia del gasto público que interesa para seguir financiando proyectos deficitarios y que no se pueden pagar con los ingresos fiscales del ejercicio corriente. El déficit se realiza y asume por ley y todo porque se gasta más de lo presupuestado, o sea, lo que se tenía autorizado se queda atrás como agua pasada que ya no mueve molino y eso lleva a tener que negociar más gasto del previsto. Pero, vamos a ver, ¿para qué se hace un presupuesto y se somete a la Cámara para su votación, sabiendo de antemano que no servirá para nada? Si es una ley del más alto rango, ¿por qué se la saltan y no pasa nada? ¿Por qué van contra sus propios actos y no pagan con pena mayor? ¿Para qué sirven las leyes fiscales en EE.UU., que dicen es la referencia de seguridad jurídica para el resto del mundo? ¿Es que los ciudadanos no tienen derecho a saber qué contribuciones tributarias les corresponderán para ese ejercicio? ¿Dónde está la autorización de los ciudadanos para que se gasten más de lo presupuestado?

Donde legislan Digo, se convierte por la nueva conveniencia en Diego. Toda la escenificación montada es un vergonzoso circo, pero ante el silencio, consentimiento y aplauso de ellos mismos y la connivencia del pueblo bobo, así como del resto del mundo, lo han hecho y lo seguirán haciendo hasta que el mundo sea totalmente de “papel”. Y cuando sea todo de papel en versión deuda imposible de pagar, ¿qué pasará? Pues muy sencillo, que se habrán salido con su idea universal de eliminar el “papel” y pasar a unidades de cuenta como divisa única, con lo que ya tendrán todo el sistema financiero integral a su entera disposición. ¿Y ya no se podrá pagar en efectivo con papelitos llamados hasta ahora de curso legal, que como fungibles son biodegradables? Pues así lo impondrán, pero no se preocupe, para eso ya tiene una “tarjetita electrónica” con la que tendrá que pagar todo, incluso un café, la cual será lo equivalente a lo que tenga disponible en su cuenta corriente del banco. ¿Le parece poca generosidad de su papá para su hijo adoptivo del Estado?

No olvide que ya hace unos veinticuatro siglos Sócrates y Platón hacían referencia a la organización integral de una sociedad: Los gobernantes con los guardianes y el fruto de la requisa de los sudores del pueblo sería el núcleo principal de la gobernanza integral, y el resto, se referían al pueblo liso y llano, los “productores”, o sea, los trabajadores. No es la economía, son los impuestos el negocio más grande y posiblemente doloroso que se tendrá que soportar y cada vez más. A través de los impuestos es la mejor forma y más fácil para acorralar y someter a los pueblos.

 Cuando se toleran o consienten los vicios, terminan por convertirse en costumbres perniciosas. Sin garantía jurídica para los gastos del Estado, que son más impuestos corrientes y diferidos, no hay seguridad en la sociedad ni en el comercio ni en nada, ya que así no se genera riqueza, con lo que la consecuencia de los desmanes perniciosos de los gobernantes será pobreza, incluso miseria, tal y como corresponde al mundo globalizado de papel fiduciario, con valor residual cero, que están vergonzosamente construyendo en la economía y las finanzas de muchos países. Con las anotaciones en cuenta no se emitirá papel moneda y así surgirá el control fiscal total.

La gobernanza entiende bien que es imprescindible enviar a los pueblos el estímulo estructurado que les genera la necesidad que pueden disfrutar y sin obligaciones. Así ellos, con la necesidad inoculada se construyen o imaginan su verdad en la esperanza, cada uno la que le interese y a su conveniencia. Los pueblos no aciertan a comprender que los excesos y despilfarros que la gobernanza hace los tienen que pagar ellos con impuestos directos y diferidos. Los pueblos aún no se han enterado de que la comodidad de la silla o del sofá arruina la vida. La pasividad y sometimiento les enmudece y atrofia el cerebro hasta dejarles la cabeza hueca. 

El cerebro necesita ser estimulado para que no se atrofie, pues es el ojo cósmico con el que mejor se ve y se entienden las verdades que las personas necesitan para caminar por la realidad de la vida. En el hemisferio izquierdo la creatividad, lo lineal y lo racional. En el hemisferio derecho la capacidad que se desarrolla es espacial, global o cósmica. Con imagen o gráfico se estimula el derecho. Con el estómago lleno, la siesta. Con el estómago vacío y la actividad se genera la imaginación y surge la creatividad, las ideas y las emociones, además se asumen fácilmente las necesarias responsabilidades de las actividades que se realicen, ya que tienen cierta incertidumbre y pueden modificarse o desviarse los resultados positivos futuros estimados y esperados. Se podría concluir como sigue: Todo lo que robéis o despilfarréis lo tendremos que pagar nosotros. El pueblo, se entiende. 

Todos no somos iguales es tan verdad
como la luz y el calor que se recibe del astro Sol.

La Constitución Española nada tiene que ver con la realidad. La realidad de la perversión muy generalizada anula la legalidad que se pretende imponer. Recordemos una pequeña muestra, a semejanza con la anterior respecto a EE.UU., con su presupuesto y déficit, pero en otro considerando distinto muy importante, pues en estos últimos tiempos se está viendo lo rígidos y exigentes que son con la paja en el ojo ajeno y lo distraídos, dejados, abandonados o desmemoriados con la viga de lagar en el propio.

Cuando la verdad se oculta, la realidad parece una farsa.
En una sociedad corrompida, el protagonista es siempre
el malo, el ladrón, el ignorante, el indeseable.

La razón y ser de un conocimiento sobre la verdad científica es formar mentes críticas, que ven más y lo ven mejor, cuyas ideas fluyan limpias hacia los pueblos con la luz de la verdad, la equidad en la justicia, la libertad y el respeto mutuo en la convivencia.

En estos momentos estelares de los disparates de la gobernanza y de la sociedad, recordemos lo que sigue del Padre Isla en fray Gerundio de Campazas: Si los disparates y las locuras son tan proficuos, ¿qué mayor locura que ser cuerdo? ¿Ni qué mayor disparate que predicar con juicio? Acorralado, pero nunca jamás sometido.

Estas amalgamas, aleaciones o masas compuestas de contenidos revolucionarios producen miedo y cada vez darán más miedo por las cosas tan ácidas, corrosivas y amenazantes que vierten, así como disparates que dicen y hacen. Dicen y causan pavor, además hacen y atemorizan. Los responsables del Estado, que tienen capacidad de obrar ajustado a derecho, miran para otro lado, con lo que parece o da la sensación de que lo saben y lo consienten, ya que no dan la correspondiente respuesta proporcional en tiempo y forma, con lo que el asunto de la agitación y desobediencia aumenta su intensidad de descomposición.

¿Cómo es posible que en los momentos actuales se tenga que vivir y padecer, por una mayoría casi absoluta de ciudadanos, una situación tan perniciosa al ver que la justicia es el hazmerreír de los separatistas sediciosos y otras especies de corrupción y asalto a la descomposición del Estado, además a la luz del día y de forma tan descarnada, con evidentes amenazas por los representantes del propio llamado “Estado de Derecho”?

Al ser el Estado aconfesional, ¿eliminarán seguidamente las fiestas se Semana Santa y las restantes cristianas? ¿Devolverán los políticos los sueldos de las tres semanas de vacaciones que se votaron por unanimidad por Semana Santa a cuenta y cargo del Presupuesto Público? ¿Por qué no van fijando ya día en el que decidirán suprimir las subvenciones a las asociaciones empresariales, a los partidos, a los sindicatos y a tantísimas mamandurrias? Menudo negocio tienen los partidos con las elecciones, pues cobran por todo y se han asignado prebendas tan disparatadas que nunca jamás hubieran pensado recibir en su ejercicio profesional privado. Lo público es goloso, por eso ¿qué quieres ser de mayor? Está claro, político, sindicalista, empleado público a dedo o hijo del Estado. A un panal de rica miel...

De la gigantesca corrupción de ambos, mutis por el foro. De su descrédito laboral y marginación social, nada de nada. De devolver los cientos de millones distraídos o sublimados, nada de nada, tal vez quedaría mejor contablemente regularizarlos o darlos por perdidos o a beneficio de inventario. Pero lo que sí es digno de agradecimiento es lo nuevo que ofrecen como dechado para un nuevo futuro lleno de populismo progresista, se trata de más trabajo y mejor retribuido incluso sin esfuerzo, entrega sin condiciones y sacrificio de boquilla todo el que haga falta, y todo lo que sea necesario en memoria del «justamente» condecorado Méndez con la «medalla de oro al mérito en el trabajo». Por cierto, ¿cuántos miles de puestos de trabajo privados con salarios dignos y contratos indefinidos con 45 días de indemnización por año trabajado ha creado en las cientos de empresas que habrá podido constituir? Taparlo todo con el manto del olvido les permite volver a empezar impolutos. ¡¡¡Qué horror más horroroso!!!


Antonio Sáez del Castillo

26 de Agosto de 2016

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